— ¡Yo soy la reina del pop!
Gritó el muchacho en medio del vagón. Sombrero de ala. Boa de plumas fucsias al cuello. Zapato imitando la piel de serpiente. Riñonera plateada como broche irisado.
Nos miramos y nos reímos. Pero en el fondo teniamos envidia de alguien que podía definirse con tanta determinación y sin ningún miedo.
